Portugal, como la mayoría de las naciones europeas, utiliza el euro.
Los bancos y oficinas de cambio son libres de fijar sus tarifas y comisiones, así que una comisión baja puede implicar un tipo de cambio poco ventajoso.
Los cajeros automáticos son la forma más fácil de obtener efectivo en Portugal y se encuentran fácilmente en la mayoría de las ciudades y pueblos. En las pequeñas aldeas puede no haber cajeros, así que es recomendable llevar efectivo. Casi todos los bancos poseen cajeros de la red Multibanco, que acepta tarjetas Visa, Access, MasterCard y Cirrus, entre otras. Hay que recordar que el límite diario en los cajeros es de 200 € por retirada y que muchos bancos cobran una comisión por operaciones con el extranjero (normalmente 2-3 %).
La mayoría de los hoteles y restaurantes modernos las aceptan; las pequeñas pensiones, hoteles baratos y restaurantes pequeños no siempre, así que conviene llevar efectivo.
Los precios en Portugal incluyen casi siempre un 23% de IVA (algunos alimentos y servicios básicos soportan tipos reducidos del 6 y el 13%, respectivamente). Los residentes fuera de la UE pueden solicitar el reembolso del IVA en bienes comprados en los establecimientos adscritos (hay que recordar pedir los formularios de reembolso fiscal y sellarlos en la frontera). Los reembolsos se tramitan en el aeropuerto o por vía postal.