La primera vez que se visita Perú, el país puede resultar bullicioso y desconcertante, y es fácil que esto pille con la guardia baja. Algunas advertencias:
Se recomienda hacer una fotocopia o fotografía de todos los documentos importantes (pasaporte, tarjetas de crédito, póliza de seguro de viaje, carné de conducir, etc.) antes del viaje, dejar una copia en casa o en la nube y llevar otra encima (separada de los originales).
Se recomienda tomar precauciones básicas y utilizar el sentido común para evitar los robos. Algunos consejos:
Distracción Algunos ladrones trabajan en parejas o grupos. Uno distrae mientras el otro comete el robo. Puede tratarse de una pandilla de niños que se pelean delante del viajero, o una persona mayor que se tropieza ‘sin querer’, o quizá alguien que vierte algo en la ropa. Algunos rajan las mochilas, ya esté en la espalda o en el portaequipajes de un autobús.
Atracos armados En algunos casos, se han producido robos y asaltos a mano armada a senderistas en rutas populares de la zona de Huaraz y en la jungla del sur. Para evitarlo, puede viajarse en grupo con un guía local. Aparte, los alrededores de Tingo María, en el extremo oriental del altiplano central, son una zona famosa de bandolerismo, donde proliferan los robos armados y otros crímenes. Aquí se aconseja llevar a cabo toda actividad de día, incluso los viajes en autobús.
Secuestro exprés Se han producido sobre todo en algunos barrios pobres que rodean el aeropuerto de Lima, e incluso nada más salir del aeropuerto. El atacante (o atacantes), armado, agarra a alguien del interior de un taxi o lo rapta en plena calle y luego le obliga a ir al banco más cercano a sacar dinero en el cajero. Quienes no oponen resistencia no suelen sufrir daños físicos graves.
La policía de turismo (Poltur) está en las principales ciudades y zonas turísticas y puede ser útil en caso de delitos. Si no se sabe bien dónde encontrarla, es posible ponerse en contacto con la sede central de Lima. Cualquier delito hay que denunciarlo a la Poltur de inmediato y, luego, informar de lo ocurrido a la embajada. No podrán hacer mucho, pero mantienen un registro de los delitos contra los extranjeros con el fin de alertar a otros viajeros.
De poseer un seguro de viajes y tener que hacer una reclamación, la Poltur facilita un informe policial. Los pasaportes robados se pueden reexpedir en las embajadas, aunque es probable que soliciten otra forma de identificación. Tras recibir el nuevo pasaporte, hay que ir a la oficina de migraciones más cercana para conseguir una nueva tarjeta turística.
Policía El ejército y la policía (a veces incluso la turística) tienen fama de corruptos. Si bien un extranjero puede sufrir un mínimo acoso (en general el pago de un soborno), la mayoría de los agentes son amables con los turistas, o sencillamente los dejan en paz.
Cazaclientes Puede que lo peor sean los insistentes charlatanes que se reúnen en las estaciones de autobuses y trenes, aeropuertos y otros centros turísticos para ofrecer de todo, desde habitaciones de hotel con descuentos hasta circuitos locales. Muchos, entre ellos los taxistas, dirán lo que sea para conducir al viajero hasta los lugares de los que reciben comisión; p. ej., que el establecimiento que se busca es un célebre antro de la droga, que está cerrado o lleno. No hay que hacerles caso. Si surgieran dudas sobre el lugar escogido para pernoctar, pídase ver una habitación antes de pagar nada.
Agentes de viajes No se aconseja reservar hoteles ni organizar viajes ni transportes a través de cazaclientes independientes. A menudo piden adelantos en efectivo por un servicio que nunca llegará a producirse. Lo mejor es acudir siempre a una agencia reputada y recomendada.
Hay que elegir la compañía de autobús con atención. Las más baratas tienden a contratar a conductores temerarios y sufren averías en carretera. En el altiplano se puede pasar muchísimo frío de noche (llévese una manta o saco de dormir). En algunas zonas, los viajes nocturnos también están sujetos a los asaltos de bandoleros, que montan barricadas de la nada y se llevan los objetos de valor de los viajeros. Se han denunciado robos a mano armada en los autobuses nocturnos entre Trujillo y Cajabamba, y Lima y Cuzco.
Entre los peligros naturales del país están los terremotos y las avalanchas. El rescate en zonas remotas suele ejecutarse a pie porque los helicópteros no consiguen acceder a ciertos puntos de la orografía del país. Puede que la amenaza más común sea la diarrea, normalmente por la ingestión de agua o comida contaminada. Otros sospechosos habituales son el mal de altura, las picaduras de animales e insectos, las quemaduras del sol, los golpes de calor e incluso la hipotermia; en la mayoría de estos casos pueden tomarse medidas de precaución.
Protestas Durante el Conflicto Interno, en los años ochenta y noventa, el terrorismo, los conflictos sociales y los secuestros hicieron que regiones enteras quedaran vedadas a los viajeros, nacionales o extranjeros. Ahora se puede visitar gran parte del país sin problemas. Con todo, aún es habitual ver protestas públicas, aunque no suelen afectar a los turistas. Durante la estancia en el país se aconseja estar al corriente de la actualidad; si se corta una carretera o se delimita una zona, hay que respetar la situación. Ser extranjero no garantiza la inmunidad ante actos violentos.
Sendero Luminoso El resurgimiento de Sendero Luminoso ha provocado incidentes violentos aislados en las principales zonas cocaleras de las provincias de Ayacucho, Cuzco (la ruta senderista que va a Espíritu Pampa), Huancavelica, Huánuco, Junín y San Martín. En general son ataques dirigidos al Ejército o a la policía. Pero es mejor ser precavido: evítese viajar por zonas aisladas de estas regiones de noche y antes de emprender una ruta de senderismo lejana, consúltese con un operador respetado.
Tráfico de drogas Las zonas de tráfico de drogas pueden ser peligrosas, especialmente de noche. Habría que evitar el valle superior del río Huallaga (entre Tingo María y Juanjuí), Puerto Bermúdez y las cercanías de Ayacucho, donde se concentra buena parte de esta actividad en Perú. Actúese con la misma prudencia cerca de la frontera colombiana, donde también prolifera el narcotráfico.
En 1998 por fin se resolvió medio siglo de conflicto armado en la región de la cordillera del Cóndor, en la frontera nororiental de Perú con Ecuador. Sin embargo, la zona no está limpia de municiones sin detonar. Crúcese solo por los pasos oficiales, sin apartarse del camino señalado al viajar por esta región.
Es muy recomendable contar con un seguro en caso de robo, pérdida, accidente o enfermedad. Siempre hay que llevar encima la tarjeta del seguro. No todas las pólizas compensan a los viajeros por equipajes perdidos o enviados a otro destino. Léase la letra pequeña para comprobar si excluye “actividades peligrosas”, como submarinismo, motociclismo o incluso senderismo. También conviene cerciorarse que el seguro es válido en los peores casos, como evacuaciones o vuelos de regreso.
Cualquier robo o pérdida debe denunciarse a la policía local (o autoridades aeroportuarias) en un plazo de 24 h. Hay que conservar toda la documentación para hacer cualquier reclamación del seguro.
En www.lonelyplanet.es se ofrecen seguros de viaje internacionales.
Asistencia legal Las embajadas son de poca ayuda si se tienen problemas con la ley en Perú, puesto que se aplica la presunción de culpabilidad hasta que se demuestra la inocencia. En caso de ser la víctima, acúdase a la policía de turismo (Poltur), con comisarías en las principales ciudades.
Sobornos Aunque algunos policías (policía turística incl.) tienen fama de corruptos, el soborno es ilegal. Puede ocurrir que algunos policías de tráfico o de las fronteras pidan una comisión. Como esto también es ilegal, los que tengan tiempo y fuerzas, pueden y deberían insistir en no pagar.
Drogas Evítese toda conversación con cualquiera que ofrezca drogas. Perú impone penas draconianas por poseer estupefacientes, aunque se trate de pequeñas cantidades; la mínima son varios años de cárcel.
Policía Si se es parado por un agente de civil, no hay que entregarle ningún documento ni dinero. Nunca hay que acceder a un vehículo con alguien que asegure ser policía. Hay que insistir en ir a pie hasta una comisaría de verdad.
Protestas No se recomienda asistir a protestas políticas ni acercarse a sitios bloqueados.
Detenciones En caso de ser encarcelado, hay que comunicárselo a alguien lo antes posible. Las detenciones prolongadas antes del proceso son frecuentes. Los peruanos llevan comida y ropa a los familiares encarcelados, donde las condiciones son muy duras.
Quejas Si se tienen problemas con un hotel o una agencia de circuitos, se puede presentar una queja ante el Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual (Indecopi; 01-224-7800; www.indecopi.gob.pe) en Lima.
Se aconseja consultar la información actualizada sobre alertas y recomendaciones de viaje a Perú en el Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación.
Antes y durante el viaje recomendamos que cualquier información relacionada con seguridad, salud, trámites administrativos como la expedición de visados, etc. sea verificada con el Ministerio de Asuntos Exteriores del país del viajero.