Desde los célebres Alpes hasta las delicadas colinas toscanas, la variada geografía italiana brinda un sinfín de entretenimientos sin levantar los pies del suelo. Los Alpes cobran vida con el esquí, el snowboard y el ciclismo de montaña, mientras que los paisajes moteados de viñedos de la Toscana y el Piamonte aportan un toque romántico al ciclismo, con suaves pendientes y largas rutas campestres. Más al sur, la escarpada Costa Amalfitana acoge una antigua red de senderos de pastoreo, unos paseos divinos.
Miles de kilómetros de sentieri (senderos) surcan Italia. Muchos portales de turismo locales y regionales incluyen información sobre las rutas por la zona. La página de los parques italianos (s de paseo existentes en los 24 parques nacionales del país, así como información actualizada sobre sus reservas marinas y otras zonas protegidas. También resulta útil la página del principal club excursionista de Italia, el Club Alpino Italiano (www.cai.it) –en el apartado rifugi (refugios) hay información sobre rutas y alojamiento.
Téngase en cuenta que casi todos los italianos veranean en agosto, cuando más abarrotados están los senderos y los rifugi; resérvese con semanas, o meses, de antelación. En cotas más bajas, el fuerte calor de agosto puede resultar asfixiante. A ser posible, evítese este mes. Cabe mencionar que en Italia no se permite la acampada libre ni en zonas deshabitadas, solo en zonas privadas.
Para más información sobre rutas de excursionismo en las distintas regiones, consúltense las guías Cicerone (www.cicerone.co.uk).
Los Alpes italianos, salvajes y de frondosos bosques, se extienden desde Francia al oeste hasta Eslovenia al este, pasando por la frontera sur de Suiza y Austria. Los excursionistas disfrutarán de panoramas montañosos, escarpados valles boscosos y vistas de grandes lagos glaciares como Garda, Como y Maggiore.
En el extremo oeste, se adentran en el Piamonte y Liguria los Alpes Grayos, Marítimos y Ligures, que abarcan el extenso Valle de Aosta, el vasto parque Gran Paradiso y el menos famoso Parco Naturale delle Alpi Marittime, para luego caer en picado en las Cinque Terre y el parque de Portofino en el litoral de Liguria.
Al este, en Friul Venecia Julia, se hallan los Alpes Julianos y los Cárnicos, para caminar tras las huellas de linces, marmotas y águilas entre bonitos pueblecitos tiroleses. Al oeste, las cimas blancas despuntan en el Parco Nazionale dello Stelvio de Trento, el mayor parque nacional del norte de Italia (y de los Alpes), que llega hasta Lombardía. Aquí sus grandes lagos –Garda, Como, Iseo, Maggiore y Orta– ofrecen vistas excelentes. Destaca especialmente el conjunto montañoso del Triangolo Lariano de Como y el monte Baldo de Garda.
Entre el Véneto y Trentino-Alto Adigio se elevan las enormes agujas calcáreas de los Dolomitas, que se llevan la palma por su belleza salvaje. La cordillera Patrimonio Mundial ofrece algunos de los senderos de excursionismo más espectaculares y vertiginosos del país. Las alte vie (rutas altas) de varios días entre refugios por el corazón de la cadena montañosa son asombrosas. Como guinda, la región está surcada por las vías ferratas, unas rutas fijas por los picos dotadas de escalas que permiten que los aspirantes a alpinistas experimenten la escalada en roca con la seguridad de un cable de acero al que sujetarse.
Como alojamiento las montañas ofrecen los refugi o chalés, que conviene reservar con antelación en temporada alta. Para practicar excursionismo en condiciones es necesario contar con el equipo adecuado y mapas detallados. En las oficinas de turismo y centros de visitantes proporcionan información, recursos y mapas sencillos para las rutas turísticas más fáciles.
Alpe di Siusi, Alto Adigio El altiplano más grande de Europa termina en la base de las montañas del Sciliar. Muchos excursionistas pasan la noche en el Rifugio Bolzano, uno de los más antiguos de los Alpes. Los más exigentes picos del Catinaccio y el Sassolungo están cerca.
Val Pusteria, Alto Adigio Estrecho valle tirolés que va desde Bressanone hasta San Candido. En un extremo están los Dolomitas de Sesto, atravesados por espectaculares senderos, incluidos los de dificultad media que hay alrededor de las emblemáticas Tre Cime di Lavaredo.
Val Gardena, Alto Adigio Uno de los cinco únicos valles donde aún se conserva la herencia ladina. En medio de los picos del Gruppo del Sella y el Sassolungo, ofrece desafiantes senderos a gran altura y otros de naturaleza más sencillos, como el Naturonda en el Passo di Sella (2244 m).
Dolomitas de Brenta, Trentino Famosos entre los alpinistas por sus escarpados acantilados y sus complicadas ascensiones, albergan algunas de las vías ferratas (senderos con cables de acero y escalas) más famosas de Italia, como la Via Ferrata delle Bocchette.
Parco Nazionale delle Dolomiti Bellunesi, Véneto Patrimonio Mundial, con caminos entre flores silvestres, además de la exigente Alte Vie delle Dolomiti, accesible entre junio y septiembre.
Algunos de los parques menos explorados de Italia están en los Abruzos. Aquí se puede escalar el Corno Grande, la cima más alta de los Apeninos, de 2912 m, y explorar vastos y silenciosos valles. Una propuesta excelente es la excursión de tres o cuatro días por el macizo de la Majella, que sigue una antigua vía de fuga de prisioneros de guerra de Sulmona a Casoli.
En la vecina Umbría, lejos de zonas frecuentadas, merece la pena descubrir a pie los valles glaciares, los hayedos y los accidentados montes Sibilinos y el Piano Grande, una meseta a 1270 m flanqueada por los Apeninos. En primavera y principios de verano se inundan de flores silvestres.
El único parque destacable de la Toscana con buenos senderos de paseo está en la meridional Maremma, con rutas de dificultad media. La localidad medieval de San Gimignano, con sus torres, también es una excelente base para recorrer las colinas a pie y con guía. Los Alpes Apuanos y los valles de la Garfagnana son para excursionistas más preparados, con cientos de rutas distintas, desde medio día hasta otras de largo recorrido. De todos modos, a la mayoría le basta con un tranquilo paseo por los pintorescos viñedos de Chianti, con cata de vino incluida. En otoño, la vendimia y la recolección de las olivas le confieren un atractivo relajante.
En el límite noroeste, las Cinque Terre, con sus cinco pueblecitos de vivos colores aferrados en equilibrio a los acantilados, como si en cualquier momento un soplo de aire pudiera tirarlos al mar de Liguria. La zona está surcada de fantásticos senderos que fluctúan entre viñas y por el escarpado litoral. Sin duda, la ruta principal es el serpenteante Sentiero Azzuro (sendero azul) que une los cinco pueblos, mientras que el Sentiero Rosso (sendero rojo) es una alternativa con óptimos panoramas.
Para espectaculares vistas marinas, las de la Costa Amalfitana y la península de Sorrento, donde milenarios caminos como el Sentiero degli Dei (sendero de los dioses) desaparecen entre las montañas boscosas y los ancestrales limoneros. Capri muda su imagen de isla parrandera con un conjunto de bucólicos senderos alejados del gentío.
Entre Calabria y Basilicata está el Parco Nazionale del Pollino, el más grande del país. Asegura contar con la mayor variedad de flora y fauna del sur y sus distintos paisajes abarcan desde profundos desfiladeros de ríos hasta prados alpinos. Los otros parques nacionales calabreses –Sila y Aspromonte– ofrecen propuestas de excursionismo igual de fascinantes, sobre todo la zona del Sersale en el Sila, salpicada de cascadas y con la opción de recorrer a pie el cañón de Valli Cupe.
Cerca del tacón, en la soleada Apulia, se halla el Parco della Murgia Materana, parte del Patrimonio Mundial de Matera, con fascinantes iglesias excavadas en la roca e ideal para observar las aves.
Sicilia y Cerdeña, con su singular topografía, brindan paseos inolvidables. En Sicilia elíjase cualquier excursión por los volcanes: la madre de todos ellos es el Etna, aunque hay todo un abanico de otros menores en las islas Eolias desde el durmiente Vulcano, cuyo suelo del cráter puede visitarse, hasta la cima del Estrómboli, que tras tres horas de ascenso puede verse cómo explota de noche. En Salina, desde lo alto del volcán extinto del monte Fossa delle Felci se goza de unas asombrosas vistas de las cimas volcánicas simétricas. Desde el Etna también puede emprenderse una excursión hacia el parque de las Madonie o, en la costa noroeste siciliana, puede recorrerse a pie el litoral por la Riserva Naturale dello Zingaro.
Los picos de granito sardos son excursiones más duras. El parque Golfo di Orosei e del Gennargentu ofrece una red de viejos senderos de pastoreo por la meseta del Supramonte y abarca los yacimientos prehistóricos de Tiscali y el desfiladero Gola Su Gorropu, que se visita con guía y requiere nociones de escalada en roca. Dicen que la excursión más difícil de Italia es la ruta sarda de siete días Selvaggio Blu, no apta para pusilánimes. Con sus 45 km por el golfo di Orosei, cruza barrancos arbolados, desfiladeros y acantilados y un conjunto de fascinantes grutas. No está bien señalizado (con intención de preservarlo), no hay agua e implica practicar escalada y rápel.
Las paredes rocosas de los Dolomitas son un desafío para los escaladores de cualquier nivel, desde sencillas rutas de un largo hasta extensos ascensos de más largos, muchos de fácil acceso por carretera. En las vías ferratas del macizo de Brenta puede combinarse la escalada con el excursionismo de alto nivel.
En la localidad trentina de Arco, famosa por el Rock Master Festival (www.rockmasterfestival.com), hay ascensos para todos los gustos, desde rutas breves de un largo hasta otras de más recorrido parecidas a la oferta de los Dolomitas. Los montañeros más expertos pueden medir sus fuerzas en los picos más altos de Europa occidental en el Valle de Aosta. Courmayeur y Cogne, famoso centro de escalada en hielo, son buenas bases. Hacia el sur, cabe señalar el macizo del Gran Sasso. De sus tres cimas, Corno Grande (2912 m) es la más alta y Corno Piccolo (2655 m) la de más fácil acceso. También destacan el monte Pellegrino a las afueras de Palermo, Sicilia, y Domusnovas, Ogliatra y el Supramonte, en Cerdeña.
La mejor fuente de información de escalada es el Club Alpino Italiano. También es muy útil la página Climb Europe (www.climb-europe.com), donde se venden guías de escalada en roca en Italia.
Casi todas las mejores estaciones de esquí están en los Alpes Septentrionales: Sestriere, Cortina d’Ampezzo, Madonna di Campiglio y Courmayeur resultan familiares a los esquiadores expertos. Bajando por la península hay estaciones más pequeñas por los Apeninos, en el Lacio, Las Marcas y los Abruzos. En esta zona suelen caer fuertes nevadas, pero llegan pocos visitantes (y menos colas en pista) y localidades históricas como Scanno y Pescocostanzo tienen mucho más encanto que algunos de los grandes complejos de otras zonas. Hasta se puede esquiar en el Etna en invierno.
Dos importantes centros de snowboard son Madonna di Campiglio en Trentino y Breuil-Cervinia en el Valle de Aosta. Las instalaciones de Madonna son de las mejores del país y cuenta, entre otros, con un parque de snowboard con pistas de todos los niveles y una zona de boardercross. Breuil-Cervinia, a 2050 m a la sombra del monte Cervino (Matterhorn), es mejor para esquiadores medios y avanzados.
Las instalaciones de las grandes estaciones suelen ser excelentes, con todo tipo de pistas, desde infantiles hasta negras. Aparte del sci alpino (esquí alpino), algunas ofrecen sci di fondo (esquí de fondo) y sci alpinismo (esquí de montaña). La temporada va de diciembre a finales de marzo, aunque en Trentino-Alto Adigio y en el Mont Blanc (Monte Bianco) y el Cervino en el Valle de Aosta puede esquiarse todo el año. Enero y febrero suelen ser los mejores meses, los más concurridos y caros. Está mejor de precio la extensa Sella Nevea en Friul o Tarvisio, uno de los puntos más fríos de los Alpes, donde la temporada suele durar hasta abril.
Las mejores ofertas son durante la settimana bianca (semana blanca), cuando las estaciones proponen paquetes con alojamiento, comidas y forfait.
Por internet, J2Ski (www.j2ski.com), Iglu Ski (www.igluski.com), On the Snow (www.onthesnow.co.uk) y If You Ski (www.ifyouski.com) ofrecen información detallada de las estaciones italianas, sobre instalaciones, alojamiento, partes de nieve, webcams y ofertas especiales.
Italia tiene rutas para todos los gustos, desde tranquilos paseos entre trattorie, carreras de 100 km por carretera o descensos de montaña a toda velocidad. En las oficinas de turismo suelen informar sobre carriles-bici y paseos guiados, y en casi todas las ciudades y lugares con actividades al aire libre se alquilan bicicletas.
El paisaje toscano siempre ha atraído a los ciclistas, con sus plácidos paseos entre bellos pueblos, viñedos y olivares. Uno de los lugares preferidos es la zona vinícola de Chianti, al sur de Florencia. En Umbría, la Valnerina y Piano Grande en el monte Vettore tienen hermosos recorridos y tranquilas carreteras secundarias que explorar. Más al norte, las llanuras de Emilia-Romaña y los viñedos en terraza de Barolo, Barbaresco y Franciacorta también se prestan a explorarlos en bicicleta. El ciclismo se une con la arquitectura en la Riviera del Brenta véneta con 150 km de carriles-bici por las gloriosas antiguas villas venecianas. En el sur, el terreno principalmente llano de Apulia y los senderos costeros también son agradables.
En verano, muchas estaciones de esquí de los Alpes ofrecen fantásticas propuestas. Los ciclistas de montaña estarán en su salsa entre las cimas de los lagos de Garda y Maggiore y los Dolomitas de Trentino-Alto Adigio. Otra zona desafiante es el paisaje de granito del Supramonte, en Cerdeña oriental. Para las aventuras en bici resulta útil visitar www.italy-cycling-guide.info, con información actualizada sobre las principales rutas nacionales e internacionales en Italia, así como datos extra (como mapas y archivos GPS) de varias regiones.
En la costa, no todo se reduce a playas abarrotadas. Las aguas azuladas sardas y las islas Eolias sicilianas se jactan del mejor submarinismo del país. Los windsurfistas acuden en masa a Cerdeña, Sicilia y los lagos del norte, mientras que los amantes de la adrenalina surcan rápidos desde Piamonte hasta Calabria.
Es una de las actividades más populares del verano italiano y hay cientos de escuelas con cursos, inmersiones para todos los niveles y alquiler de equipos. La mayoría abren durante la temporada, normalmente de junio a octubre. A ser posible, evítese el mes de agosto, cuando los veraneantes asaltan las costas y se aplican precios de temporada alta.
Hay información disponible en las oficinas de turismo locales y en la página italiana DiveItaly (www.diveitaly.com)
Islas Eolias, Sicilia Cordillera volcánica con aguas cálidas, que abarca las islas de Vulcano, Lípari, Salina, Panarea, Estrómboli, Alicudi y Filicudi. Inmersiones en grutas marinas alrededor de los restos de antiguos volcanes.
Capri, Ischia y Procida, Campania Estas tres islas en la bahía de Nápoles ofrecen geniales inmersiones y posibilidad de hacer fotos submarinas en luminosas grutas marinas.
Reserva Marina de Cinque Terre, Liguria Uno de los pocos sitios para hacer submarinismo en el norte del país. Se parte desde Riomaggiore y Santa Margherita.
Cabo Caccia, Cerdeña Ideal para ver los corales de Cerdeña. También cuenta con la gruta submarina más grande del Mediterráneo.
Islas Tremiti, Apulia Erosionadas por el viento frente al promontorio del Gargano, están repletas de enormes grutas marinas.
Parco Nazionale dell’Arcipelago di La Maddalena, Cerdeña Parque marino con aguas traslúcidas y submarinismo alrededor de 60 islotes.
Parco Nazionale Arcipelago Toscano, Toscana El parque marino más grande de Europa abarca el archipiélago toscano y la isla de Elba.
Reserva Marina de Punta Campanella, Campania Abundante vida marina entre grutas submarinas y antiguas ruinas. Las salidas se hacen desde Marina del Cantone, incluso las que van a la impresionante bahía de Ieranto.
Ustica, Sicilia Primera reserva marina italiana, en esta isla volcánica abunda la flora y la fauna submarinas.
Italia se enorgullece de su tradición marítima y es fácil alquilar un bote a remos o un elegante velero. Para todos existe un plan: los más experimentados pueden recorrer las islas sicilianas y Cerdeña, o navegar por las costas de Amalfi, la Toscana, Liguria o Trieste alquilando un velero; los marineros de fin de semana pueden explorar grutas ocultas en barcas de alquiler por Apulia, en el archipiélago toscano y por la península de Sorrento; y los amantes de la velocidad pueden recorrer los lagos lombardos en atractivas lanchas motoras.
Al sur, en la Costa Amalfitana, las mejores zonas de baño a menudo solo son accesibles en barco. Algo parecido ocurre también en Capri, Ischia, Procida y Elba.
En Sicilia, las islas Eolias son perfectas para un ocioso recorrido de una a otra. En Cerdeña, destacan el golfo de Orosei, Santa Teresa di Gallura, el archipiélago de La Maddalena y la Costa Smeralda. El principal portal de navegación sardo es www.sailingsardinia.it.
Las regatas más prestigiosas del país son la de Centomiglia (www.centomiglia.it), celebrada en el lago de Garda en septiembre, al sur de Gargnano, y la de Barcolana triestina en octubre. Esta es la mayor del Mediterráneo. Entre las mejores empresas de alquiler de veleros está Bareboat Sailing Holidays (www.bareboatsailingholidays.com).
El río Sesia en el norte del Piamonte, meca de los amantes del agua, es el mejor destino italiano de rafting en aguas bravas. El mejor período va de abril a septiembre y fluye desde las laderas del monte Rosa por el espectacular paisaje de Valesia. En Varallo las agencias ofrecen piragüismo, kayak, rafting en aguas bravas, barranquismo, hydrospeed y tubing.
En Alto-Adigio, otro destino de rafting es Val di Sole, así como el lago Ledro en Trentino, donde se puede practicar barranquismo bajo cascadas. Más al sur, los montes Sibilinos de Umbría también ofrecen buenas aventuras de rafting.
En la costa suroeste, Kayak Napoli propone fantásticos circuitos de todos los niveles por el litoral partenopeo, pasando por ruinas a menudo inaccesibles, villas neoclásicas, jardines y grutas, todo ello desde el agua.
En la punta sur de la península, los rápidos del río Lao en el Parco Nazionale del Pollino calabrés aseguran un rafting de lo más divertido, así como piragüismo y barranquismo. Los viajes se organizan en Scalea.
La cautivadora costa de granito rojo de Ogliastra, en Cerdeña, se observa mejor en barca con Kayak Cardedu.
El lago de Garda, considerado como uno de los mejores lugares donde practicar windsurf de Europa, goza de unas excelentes condiciones de viento: el peler del norte sopla a primera hora los días de sol, mientras que el ora del sur lo hace a primera de la tarde, puntual como un reloj. Las localidades principales son Torbole, sede del Campeonato Mundial de Windsurf, y Malcesine, 15 km al sur.
Si quiere practicarse en el mar, váyase a Cerdeña. En el norte, Porto Pollo, también llamado Portu Puddu, es una buena zona para principiantes y expertos –la bahía asegura aguas calmas para los novatos mientras que los veteranos pueden disfrutar de fuertes vientos al pasar por el canal entre Cerdeña y Córcega. Hacia el noroeste, frente a la costa toscana, el windsurf es bueno en la isla de Elba. Competiciones como la Chia Classic se celebran en la costa suroeste en junio.
Una excelente guía de windsurf y kitesurf en Italia y Europa es The Kite and Windsurfing Guide: Europe de Stoked Publications. En todos los lugares mencionados se alquila el material.