Pocos sitios son tan agradables para viajar con niños como Sicilia. Las familias son bienvenidas en restaurantes, cafés y hoteles, que se esfuerzan por satisfacer sus necesidades. Hay muchas cosas para hacer en familia (playas, marionetas, tomar helados) y, además, se ofrecen descuentos en transporte y entradas gratis para los pequeños en muchos sitios.
Ir de isla en isla en barco hará que los niños saquen al explorador que llevan dentro, al igual que subir hasta lo alto del humeante Estrómboli para ver fuegos artificiales volcánicos.
Los niños se sentirán cautivados por los flamencos de la costa de Vendicari y por los espectáculos de marionetas sicilianas, con sus divertidas escenas de peleas. Espacios abiertos como Piazza del Duomo de Siracusa permiten que los más pequeños den rienda suelta a su necesidad de movimiento.
Las largas playas de arena de Cefalú son ideales y el altísimo castillo normando de Caccamo es perfecto para jugar a ser un caballero medieval.
Para disfrutar del relax de las playas, nadar y pasear en bicicleta por Favignana, descubrir arte rupestre antiguo en Levanzo, o subir en funicular hasta Erice para degustar los dulces a base de almendras.
La costa jónica ofrece recuerdos imborrables: un chapuzón en la playa bajo Taormina, la subida al volcán más alto de Europa, o descubrir las gigantescas cabezas de pescado del mercado de Catania.
Comer en Sicilia es fácil. En los restaurantes suele haber tronas y se puede pedir mezza porzione (media ración) para los más pequeños. Incluso al niño más tiquismiquis le gustará la abundante fruta fresca de la isla, los tentempiés salados como las arancine (bolas de arroz rellenas y fritas) o básicos como la pizza o un plato de pasta con tomate. Los más aventureros podrán desarrollar su paladar con platos de pescado, marisco, carne y verduras y toda la familia se peleará por los helados, granite (granizados) y los fantásticos dolci (postres) sicilianos.
Sicilia y las islas más pequeñas ofrecen muchos entretenimientos para familias, ya sea combinando historia y naturaleza en el Valle de los Templos de Agrigento, disfrutando de las playas e islas, los animados mercados callejeros de Palermo y Catania, o dando una passeggiata (paseo) igual que los sicilianos, mientras se toma un helado. Los adolescentes podrán combinar días de calma con baños en la playa y salidas organizadas en barco, y las familias más activas tienen tres volcanes para explorar y montones de sitios donde bucear. Los castillos normandos y las ruinas antiguas repartidos por toda la isla son ideales para visitar.
Fuera de la playa, los niños más pequeños pueden entretenerse en las plazas, que suelen tener atracciones para ellos y, por supuesto, más niños. Los espectáculos de marionetas tradicionales son una gran manera de que los pequeños descubran la cultura local.
Aunque es seguro que los niños correteen por las plazas de pueblos pequeños, conviene estar atento. El concepto “peatonal” es un tanto relativo.
En Sicilia se le da mucho valor a la familia; se les hacen carantoñas a los bebés y se trata con amabilidad a los niños. Es habitual que las mujeres den el pecho en público.
La entrada de muchos lugares de interés culturales es gratis para menores de 10 años o de 18 (especialmente ciudadanos de la UE).
En los trenes, la offerta familia tiene un descuento del 50% para menores de 15 años y de un 20% para el resto de los miembros de la familia si se viaja en un grupo de dos a cinco personas (www.trenitalia.com).
En farmacias y supermercados venden pañales, leche de fórmula y esterilizadores.
En supermercados y bares con el cartel “Latteria” se vende leche fresca de vaca.