- No hay ningún peligro específico en los Pirineos en lo que a salud se refiere. Si no se sufre ninguna enfermedad, los únicos problemas que quizá se tengan son leves: indigestiones por exceso de comida, alergias, agotamiento tras una larga caminata, etc.
- Hay que tener cuidado con el sol, tanto en verano como en invierno, pues en las zonas de nieblas, estas no impiden que los rayos se filtren y provoquen quemaduras, y el reflejo del sol sobre la nieve puede provocar molestias en la vista.
- Si se sufre una enfermedad crónica, se aconseja llevar la medicación oportuna desde casa. Por si surge alguna emergencia, también es recomendable contar con una carta médica donde se especifique la enfermedad que se padece y la medicación.
- No se requieren vacunas para viajar por los Pirineos, aunque la Organización Mundial de la Salud recomienda que todos los viajeros estén vacunados contra la difteria, el tétanos, el sarampión, las paperas, la rubéola y la polio, sea cual sea el destino.
- Puede producirse la rotura de algún miembro (brazos o piernas) por una caída desafortunada en la montaña; es importante llevar siempre encima un teléfono móvil para poder llamar a los servicios de urgencias.
- Para urgencias médicas llamar al 061 desde España, al 15 desde Francia o al 116 desde Andorra. En caso de duda por no saber en qué país se encuentra uno si se pierde en la montaña, el 112 es el número de emergencias europeo.
Informarse es importante
Antes y durante el viaje recomendamos que cualquier información relacionada con seguridad, salud, trámites administrativos como la expedición de visados, etc. sea verificada con el Ministerio de Asuntos Exteriores del país del viajero.